En
febrero de 2010 tuvo lugar en las instalaciones de NOAA en Boulder, Colorado,
un simulacro atlántico conjunto de tormenta solar extrema entre NASA y Comisión
Europea, para testar cuáles serían las capacidades de gestión del fenómeno.
Su
resultado fue claro: un apagón tecnológico en amplias zonas de Europa y EEUU,
en tan solo 5 días desde el inicio de la detección del fenómeno en la
superficie del sol, tomado como condición del simulacro.
Constatado
el fracaso del simulacro y la insuficiencia de medios para poder hacer frente a
la situación, NASA y Comisión Europea realizaron contundentes recomendaciones a
los distintos Estados de Europa y EEUU en distintos sentidos.
Entre
ellas la petición de la puesta en marcha de campañas públicas informativas
centradas en las consecuencias que podría tener una... Continuar leyendo